Reflexiones

Mi práctica docente ha sido muy fructífera para mi en todos los sentidos y contextos de mi persona, al formar, me estoy formando, mi materia se enfoca mucho en entregar un "producto a la sociedad" con las competencias necesarias para desarrollarse en una sociedad compleja donde se conciba como una persona capaz de tomar decisiones, resolver conflictos, cuidarse, conocerse sentirse perteneciente a una comunidad y todo esto dentro del un marco legal, creo que aún siendo los maestros seguimos tratando de hacer ésto siempre en nuestras vidas y al mismo tiempo enseñarlo a nuestros alumnos.

alumnos que son tan diferentes como la diversidad cultural en la que ellos mismos se van a desarrollar, las diferentes características, de pensamiento, de formas de aprender, de comportarse, de enfrentar los problemas que cada día se les presentan, a nosotros como maestros también se nos presentan situaciones a resolver cada día...

Así que me pregunto quién aprende de quién, pues en ocasiones los alumnos responden de una manera que quizá no nos esperábamos y que nuestros paradigmas que tenemos sobre los adolescentes en ocasiones no nos permiten ver las maravillas que podemos aprender de ellos, y cambiar nuestros concepto sobre esos chicos que asisten en varias ocasiones, desaliñados,  y que no valoramos que detrás de esa imagen hay muchas cosas por aprender.

y bien si el tipo de escuela cuenta mucho (infraestructura) considero que el alumno es el mismo y ahí está, y ahí estoy como maestra para interactuar en un proceso de enseñanza-aprendizaje de ida y de venida,  sin importar el lugar, pues me ha tocado estar en escuelas de nueva creación donde el salón esta en la tierra y el calor es insoportable, y el crecimiento es juntos. Juntos alumno-maestro crecimos  con nuestra escuela y al verla terminada es el mismo orgullo de pertenencia para ambos.

Puede haber muchos cambios en la educación y reformarla una y otra vez como es hoy en día convirtiendo la labor docente más compleja, pero el compromiso es el mismo, las labores día a día son las mismas, porque lo que no dice una ley o lo que no se puede reformar, es esa mirada y sonrisa de nuestros alumnos que nos brindan cada día por la mañana al llegar a la escuela, cuando el cansancio o las molestia de adultos de la vida cotidiana se me olvidan al introducirme en mi trabajo y dedicarme a mis niños, cuando compartes tu desayuno, cuando curas al que se cayó o cuando consuelas al que llora....  así que más que enseñar me han enseñado a mi, me han enseñado a servir, a compartir, a observar a dar, pero sobre todo me han enseñado a gozar mi profesión, gracias.

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